Resumen:
No todas las duplas son encarnadas por los actores. Para poder transmitir una imagen justa de su visión, el director necesita encontrar a su complemento perfecto. Una vez que lo encuentra –sea actor, actriz, músico, guionista o algún otro profesional– es imposible desligar al uno del otro y sus múltiples colaboraciones son a tal punto necesarias, que parece inconcebible el resultado de la obra final sin que se involucre el talento de ambos ¿Los sueños de Fellini tendrían la misma fuerza evocadora sin el telón de fondo de las melodías de Nino Rota? Se trata, qué duda nos cabe, de encuentros mágicos.