Resumen:
En los últimos veinte años del siglo pasado, el Perú vivió la etapa de violencia más grande de su historia, la cual dejó más de 69 000 víctimas. Finalizado el conflicto, la ficción cinematográfica —entre otros— empezó a abordarlo, tanto desde la capital como desde Ayacucho, ciudad con la mayor cantidad de víctimas. La ciudad andina ha estado casi ausente de la cinematografía limeña, mientras que ha sido el espacio común donde se desarrollan las acciones en la cinematografía ayacuchana. Esta visión reproduce una mirada de cómo se vivió el conflicto armado interno (CAI) peruano en la costa y en el ande. En este artículo analizamos la representación cinematográfica de Ayacucho en dos películas: Sangre inocente, de Palito Ortega, y La última noticia, de Alejandro Legaspi. La ciudad es el espacio por donde discurren los personajes y donde se dan las acciones que los enfrentan al conflicto armado. Este trabajo es abordado a partir de un acercamiento cualitativo: se examinan las películas a través de matrices que identifican los elementos configuradores de las ciudades como espacio de vida de la población durante el CAI, y se analiza cómo las películas pueden configurarse como un artefacto cultural que permite construir memoria sobre lo que fue el pasado y sobre cómo fue la vida de los habitantes urbanos andinos durante esa época.